R.
Nueve meses.
Sin verte.
Sin hablarte.
No se quien sos.
No se para donde fuiste.
No se si sos o eras.
No se si seguís siendo la persona por la que lloro.
Pero lloro.
Sigo llorando desde ese día.
Quiero que pare.
Solo quiero que pare.
No tengo palabras para describir nada sobre vos.
No se que hacer ya.
Impedís que avance.
Quiero seguir adelante.
Quiero caminar y no frenar.
Pero siempre me doy vuelta.
Siempre mantengo un ojo abierto.
Y te vi.
Te vi a lo lejos, a la distancia.
Y lloré, ahí, frente a todos, como esa ultima vez en la que cruzamos miradas cuándo no se cómo, pero inconscientemente sabía que era la ultima vez. Y tuve miedo, y esta vez también.
Porque estabas ahí, tan natural, esperando el colectivo que te llevaría andá a saber a dónde, o con quién.
Y seguiste.
Seguiste tu vida.
Y yo estaba ahí, sentada, viendo como era tu día a día, mientras en el mío solo pasaba por mi cabeza una cosa.
Vos.
Ya no se nada.
Ya no se que hacer.
No se a dónde ir.
No se si volver.
No se si seguir.
No se si esperar.
No se si confiar.
No puedo confiar ya.
Lo único que se, es que nunca en mi vida pensé que una persona podía sentirse de la forma en la que me hiciste sentir.
Para bien...
...pero sobre todo para mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
↓ Y si te pinta comentar, acá se puede ↓