Pura.
Sentía que toda la mala energía se iba.
Todo lo que pensaba, todo lo malo que me rondaba, no estaba.
Estaba en otro planeta, en otro mundo.
En un lugar en el que los problemas no importaban.
En un lugar en el que nadie me decía que hacer ni que decir.
Estaba donde yo quería, haciendo lo que yo quería.
Riéndome, siendo feliz.
Con quien yo quería.
Sentía que lo que decía lo transmitía.
Ida y vuelta.
Sentía que se veía lo bien que me sentía, que nada salía mal.
Tensiones afuera.
Salía de la jaula, por solo unos segundos.
Hacía algo por mi misma, algo por mi, algo que yo había elegido, algo que realmente disfrutaba.
Escuchaba la música y solo eso.
Me descargaba.
Y cuando salí, cuando salí de ese mundo de fantasía, me di cuenta de que no era tan irreal.
Me di cuenta de que puedo hacerlo así. A mi mundo, mi propio mundo, puedo manejarlo como yo quiera.
Solo dependía de mi.
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