Te fuiste un día sin avisar, esperando que siguiera con mi vida como si nada hubiera pasado.
Sufrí.
Sufrí mas de lo que jamás me podría haber imaginado.
Te quería mas de lo que pensé que te quería.
Y pasó el tiempo, y pasaron cosas. Intenté olvidarte de a poco conociendo nuevos mundos.
Lloré, lloré mucho.
Pero aprendí.
Y de repente sabía como vivir la vida de nuevo, y ahora más que nunca.
Vivía.
Estaba VIVA.
Y vos... vos estabas muerto.
La historia termina como se imaginan.
Volviste.
Me buscaste.
Y si fuera esa persona que fui hace un par de meses probablemente hubiera caído rendida a tus pies pensando que si no te tomo esta vez te voy a perder para siempre.
Pero no.
Crecí.
Y ya no te quiero a vos...
...esta vez me quiero a mi.
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